El sol brilla en la mañana
y sus rayos va extendiendo,
y yo metido en mi cama
quisiera seguir durmiendo.
Ayer salí para el campo
a revisar la cosecha
y regresé hecho pedazos,
el sol me tostó la cabeza.
El sol tras nubes oculto
parece medio dormido
es como quien tiene un bulto
pero lo tiene escondido.
Quien pudiera ser el sol
para entrar por tu ventana
y volverte chicharrón
desde los pies a la cara.
El sol le dijo a la luna
quiero pincharte por dentro
con estos rayos de tuna
de mis espinas de acero.
Solecito mañanero
te veo tan decidido
a calentar con tu fuego
al campo reverdecido.
Si el sol fuera un huevo frito
me lo comería yo
junto con los luceritos
que son el plato de arroz.
¿Que le habrá pasado al sol
que aún no ha salido?
por eso mis botas de charol
no han mostrado su brillo?
El sol tras el matorral
ha encendido sus motores
con su verano infernal
para achicharrar las flores.
El sol calienta la arena
y calienta los tejados
tú a mí no me has dado cena
pues ni tú misma has cenado.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracabo, Venezuela