De corazón tierno
de mirada dulce,
de ojos tristes de
gran melancolía
callada..
De boca suave,
misteriosa,
de palabras cansadas,
de lágrimas antiguas,
la frente alta iluminada,
a lo lejos diviso tu sombra
y tus manos que
de poeta
en belleza se desgranan.
Tienes la calidez del otoño,
y la soledad de un invierno
de noches heladas,
vienes y te vas cada día
de mi alma enamorada,
silente compañero,
y como en un blando juego
te llevas mi corazón
cuando escapas,
y, ay, ya no soy nada,
nada más que la amada
y la que ama,
y entre sueños mi alma
resbala,
porque sin ti, parezco
no ser nada
A ti voy, a mí vienes
y eso es todo,
no hay más nada...