En aquella biblioteca, de sabiduria y conocimiento.
Donde reina un silencio sepulcral y escalofrioso.
Con susurros en lo infinito de la brisa, que pasa por los hermosos ventanales de cristal.
donde hay estantes llenos de libros polvorientos que ninguna persona se atreve a tocar.
Con un reloj oxidado, de la eternidad de los tiempos.
Un lugar tenebroso, pero lleno de tranquilidad.
Aquella biblioteca que es dueña de mi paz.