Te conocí en la primavera de tu vida
en aquellos días la risa era la sabía que alimentaba tu días,
tu forma de ser gritaba anarquía a cada instante
y tu actuar loco y extrovertido,
se mostraba como algo inherente a ti.
Fue pasando los días y como es normal
te fuiste moldeando,
el tiempo con su pasar siempre constante
fue quien te esculpió; con cada suceso,
con cada golpe, con las lecciones aprendidas
y cada momento vivido.
Tu rostro alguna vez juvenil,
ahora se ha tornado áspero,
la alegría que era innata en ti,
ahora se a vuelto escasa,
tu cuerpo formado con la robustez
que sólo tienen las mujeres
que han sufrido la inclemencias del tiempo,
del amor y del olvido.
Ahora que el mundo se ha mostrado incesante,
tosco, mordaz y siempre dispuesto a mostrarte que puede ser peor,
ahora que sientes que tu vida se va por la rendija
y que tu futuro no es mas que una cortina sucia y desteñida.
Te digo, amiga, compañera de locuras y anécdotas,
no desfallezcas, no te rindas, no des todo por acabado;
mira todo lo que ha pasado, pero no lo veas como siempre,
con desdén, como una tortura.
míralo como un curso que estas a punto de aprobar,
que ya esta terminando,
y que la vida te a dado para que de aquí en adelante,
tu futuro que se veía gris,
sea uno diferente, uno lleno de posibilidades,
uno colorido, uno en el cual tu vivas feliz,
que yo pueda volver a ver aquella niña que conocí en sus primaveras,
aquella que gritaba anarquía.
La ultima opción del amor