Era una mente que tenía
circuitos de oro
y neuronas de diamante,
que enhebrando versos se lucía,
mas su musa prisionera allá en el foro
de la craneal masa no salía,
y es que al ser que ese don pertenecía
por un golpe rudo
que a veces nos propinan los arcanos
había nacido mudo
y anquilosado de sus manos.
Hay muchos que a escribir aprenden
usando la destreza de sus pies
llegando a ser artistas que trashienden
con grande brillantéz,
mas el ser del que ahora les platico
aún los pies le negó madre natura,
llegando a ser como el ave desgraciada que sin pico
sufría sin poder trinar
pero además en orfandad de alas
para poder volar.
Crispadas las garras del tiempo rasguñaron
las fibras de su ser, que temporario
fué esquilmando su débil estructura,
mas los versos no mermaron
y llegaron aser el salmonario
de las quejas que al espíritu colmaron.
Y aquél cofre craneano
fúe el aposento del verso y de su ideal
hecho sonetos
que buscando las salida en vano
por los resquicios no encontró al final
un túnel en tamaño vericueto.
El miedo se asomó, la muerte ya venía
amenazando con dejarlos por siempre prisioneros
en la cárcel infelíz de sus despojos.
Apresurados así, en un hipérbaton postrero
encuentran al fín las ventanas de los ojos
y se prenden al espíritu del vate
que ya traspasa de la carne el velo
y del penar su rudo embate
y vuelan
cual haz de luz que se remonta al cielo.....