Nos conocimos por casualidad, sin pensar que una gran amistad podíamos crear, no se como empezó, si por un me gusta o un te comparto yo.
Pasado unos días nos pusimos hablar aunque había poco que contar, un como estas o un como te fue.
La confianza fue creciendo como un huracán arrastrando sentimientos de cariño y de amistad, hasta el punto que nos dijimos, ¿para cuando nos veremos y nos conoceremos? Al menos una vez.
Ese día llego y por sorpresa me cogió aunque trate de disimularla una gran emoción me embargo. La impresión que me lleve, sin habla me dejo, rápidamente me recupere y la alegría me embargo.
Tú me preguntaste que impresión me lleve al verte por primera vez, a lo que yo te conteste, una muy buena impresión que no me defraudo, pues tu belleza supera la impresión que ofrece la fotografía.
Una vez nos conocemos y por fin compartimos nuestro tiempo y nuestro saber, nos damos cuenta que nuestra vida muy similar puede ser.
Somos humildes de gran corazón, compartimos los mismos gustos algo sin parangón, extraños en dos extraños que se conocen a través de un mundo de imaginación, virtual y llenos de temor.
Nuestra confianza creció y algunas intimidades nos contamos de nuestras vidas personales, el tiempo paso y te tuviste que marchar con la promesa de volver.
El tiempo paso volando y sigo esperando que pasen los días y nos volvamos a ver pues tu compañía la hecho a faltar y esos ratos que pasamos hablando de la vida, de tu vida y de la amistad que se forjo de un me gusto y un te comparto yo.