Raúl Daniel

Yo, ¿poeta o escritor? (preguntas) - Un recuerdo de mar (poema)

 

Leo opiniones muy extrañas (en libros y en artículos en la red), también escucho una cantidad de afirmaciones contradictorias, y, al leer tantas obras extensas que son poemas: (Cervantes, Góngora, Alighieri, Shakespeare, Homero, Jeremías, Salomón, por citar algunos autores), me terminan pareciendo ridículas algunas catalogaciones modernas..

Qué poesía es tal o cual cosa.. Qué la métrica.. Qué la rima.. Qué la escuela.. Qué el estilo..

Yo (valga el ejemplo) a la única escuela de arte a que asistí fue unos cinco años a arte escénico, literatura solo lo que enseñan en la secundaria (muy pobre y poco, aunque luego seguí de manera autodidacta), soy un desastre en gramática, así que vivo en los diccionarios todo el tiempo...

Pero escribo...

Así que si escribo, debo ser un escritor (en la antigüedad se nos llamaba escribas). Pero como hago poesías, me dicen que soy poeta (muy al principio así se decía a todos, sean o no profetas). Tengo trabajos en prosa, cartas, diálogos, estudios, conferencias (espontáneas) dadas, que como las he grabado y transferido al papel, luego las he podido pasar a mis libros (¡claro que por su extensión no los puedo subir aquí!)

Ahora bien, a mí los poemas me “salen” igual que los estornudos, ¡igual!: espontáneamente, sin que los pueda contener, algunas veces que no los escribí, me enfermaron y hasta que no los puse en papel o en la computadora (últimamente) no sanaba, también como el estornudo, a muchos no les agrada lo que digo, y, hasta abiertamente me intiman a que los retire de la publicación (ya me pasó un par de veces en Poemas del Alma).

¿Estilos?, puedo escribir en el que sea, atenido o no a métrica o rima. Puedo imitar a cualquier autor, ¡el que sea!; en varias ocasiones me he sorprendido haciendo lo siguiente: Al terminar de oír recitar un poema, lo continúo en voz alta, agregando estrofas al mismo cual si fuera que me poseyera el poeta que lo escribió, y, a través mío siguiera extendiendo su obra. También, cuando leo más de cinco poemas de un mismo autor, ya me “salen” un par de poemas en su estilo.

Otras veces transformé los originales (míos) encajándolos en la métrica o cuidando las rimas, y lo logro, pero el que pierde es el poema, pierde belleza o interés.

Otros autores me han dicho que les pasa lo mismo.

¿Quién debe determinar qué cosa es “poesía” o “prosa” o “prosa poética”?, ¿un letrado, crítico, estudioso, pero que en toda su vida no hizo un solo poema? (o si lo hizo fue un fiasco).

Enrique del Nilo dijo:

 

“Esa es la más bella poesía...
los que Dios les privo de esta melodía
andan contando las sílabas
y discutiendo las rimas.”

Lee todo en: Poema ***POESIA*** (según mi entendimiento.), de María del Alma (cuartel), en Poemas del Alma http://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-315885#ixzz3DlzMZa1a

 

¿Tendrá razón Enrique?

Para los antiguos hebreos la poesía era una cosa muy distinta a lo que nosotros catalogamos así, los griegos tenían su propia poesía tanto como los romanos... y los japoneses desprecian la rima... ¿Qué es poesía?.. la griega, la romana, la hebrea, la japonesa (hay más)... ¿Quién está autorizado y ¡por quién! a decir lo que es y lo que no?

Bueno, ya son demasiadas preguntas... ¿Alguien sabe las respuestas?

Es probable que yo siga en la ignorancia para siempre sobre esto...

Mientras tanto seguiré escribiendo... y ¡gracias por leerme!

Raúl Daniel. 19 de setiembre de 2014.

 

PD: Para los que esperaban encontrarse en ésta con un poema, les regalo éste:

 

Un recuerdo de mar.

 

Un recuerdo de mar inunda mis horas alargadas,

¡Oh!, mares del Atlántico, ¡del horror y la esperanza!

Los ríos que me llevaron a ti no me avisaron de la trampa,

de la perpetua trampa de la añoranza.

 

“Saudades[1]” de Brasil, vacíos de Argentina;

entre piedras de arroyos sucumben mis nostalgias

y reabren mis heridas; ausencias de patria, de familia...

y la boa de la noche, me envuelve compasiva.

 

Me quedo mirando los barcos misteriosos, casi todos negros;

y las dudas y temores se juntan como hierros que se funden,

unidos para siempre a la apatía y al recuerdo;

la luz huye, o se hace fuego en la escalera del viento.

 

No creo que esté bien mi empecinada  permanencia,

sería de más valor forzar mi ausencia,

los poetas fueron siempre una molestia,

por ello es que después que se van, recién los premian.

 

Las sombras y los miedos no alcanzan a ocultar

a los apresurados pasajeros, que huyen de sus vidas, lejos.

Y me quedo mirándome a mí mismo,

también pensando, yo, en emigrar una vez más...

 

Pero no está bien que quiera convencerme de esto;

las horas se montan en el vapor de los silbatos

de las naves que abandonan los sorprendidos puertos...

y ya nada es sostenible, ni siquiera el hueco del silencio.

 

[1] Añoranzas (portugués)