Vestiste tu vestido blanco el día que te casaste,
y tus pasos se adornaron con pétalos de rosas,
blancos eran y sobre ellos caminaste,
y llegaste a ser del gremio,las esposas.
Orgullo de conquista manifestaba tu dueño,
y sus ojos lujuriosos no podían disimularse,
esa noche,no habría sueño,
era noche,para amarse.
Los cuerpos se consumieron, con el debido respeto,
y los labios se fundieron en un beso prolongado,
se usaron palabras con todo el alfabeto,
pero todos concluían,en lo amado.
Joven esposa,que abandonaste tanto,
para formar un mundo con tu esposo,
para cubrirte con el mismo manto,
donde él sin duda estaba ansioso.
Hoy te miro y me pregunto:
¿En donde está tu amado?
Y no es que sea mío el asunto,
mas no lo miro a tu lado.
¿Y aquel vestido blanco que luciste primorosa,
tan poco valor le diste que lo haz arrinconado?
no eres mas del gremio,esposa,
sino del grupo,divorciado.
Autor:Bernardo Arzate