Susurra la luna en la lejanía del cielo
los suaves sonidos de tu nombre,
y a la misma distancia incito al pensamiento
borrarte para siempre de mi mente.
Entre más lejos de mi te encuentras
más muerto sin ti me siento,
y en medio de mi tormento se alejan
rápidamente mis sueños ya muertos.
¿Y ahora con quién hablo a la distancia
si el sol a la luna ha desaparecido?
La luz se ve tan cerca que me ciega
y la noche tan distante que me espanta.
¡Escuchen los astros apartados a mi grito!
que ensordezcan mismamente los sonidos
y que mi canto lejano y muerto, mi querida
llegue a la casa del amor y de la vida.