A mi hermana
Se avecinan tiempos de cambios,
de tormentas en la copa de las olas,
de rondas nocturnas en el principio de tu cuerpo,
de tus ojos y mis ojos dando sus líneas a Cristo
y del Árbol Infinito con sus ramas al poniente.
De mis días que cambian
en tus senos que me nutren
de semanas que transpiran
a un amante sin motivo,
Soy un escudo distante,
tu fruto como papiro,
grieta en un giro inoportuno
del papel que marca la lluvia.
De tus besos que me llevan
en un camino que añoro
y de un oro que desciende
y se lleva tu mirada,
soy la vid que está encarnada
en tu boca, Mi Futuro.