Marellia

Amaneciendo

 

 

Es la hora de encendidas nubes,

tornasolado el cielo,

horizonte naranja en las pupilas

y en las manos un sol redondo

se trepa lento hacia el cenit a pleno.

Un sauce llorón abrió sus ramas,

arcos de espaldas y derrumbes,

una dicotomía de calandrias

hacen de mi amanecer

un gran derroche.

Es la hora señala,

de caminar descalza,

la cruz del sur me guía,

el fresco de la brisa me saluda,

olvidado rocío, moja mis plantas.

Hay quietud adormecida,

bostezando madrugadas

y yo de pie grito a la vida

iniciando mi jornada.