Darío Ernesto Muñoz Sosa
Primavera
Quiero decir este día
Tan solo en este instante final de un viejo otoño lastimoso
Decirte a ti niño, adolescente
Que nunca pensé tener mis cincuenta primaveras
Un niño fui y miro mis manos añejas
Nunca imagine media centuria
Celebrar otra primavera.
Ver las hojas tímidas del nogal que asoman
Poco a poco, la parra que en un letargo de noches escarchadas
Aguardo el sonido del Erque en sus clorofilas
De un dictado instintivo, natural y divino
Oír el murmullo y risa de los hijos que amo
Hasta el la mirada de mi compañera, veo en sus ojos tiernos
Una nueva primavera, de nostalgias y amores.
Transcurren los segundos, haciendo agonizantes los recuerdos
Saber que se habrán marchado las noches de soledades y muerte
¡Oh septiembre, mes bendecido!
Pues hasta el chingolo y la tórtola, la golondrina hoy
En mi cielo, he visto un revoloteo
un vuelo distintivo.
Solo el creador, es que dicta el influjo de vida
Respiro en mis fosas nasales
Capricho divino, cada ser que cohabita en el infinito universo.