Te di tres veces
mi juventud esa noche...
Bajo una pálida luna
mostrándome lo que venía...
y tú, como mujer
de geometría... en silencio.
Miraba tus maquetas perfectas,
esas que seguro soportaban
un terremoto 9.9
las mismas que un día
riendo pintábamos...
¿Cómo le robaste al arte
uno a uno sus secretos?
Los soles nocturnos
aplacaron tus sudores.
Por la ventana veo
la cantina del frente,
y en una vara larga
atadas las bestias, esperan...
Eras el aliento de la mañana
y la última flor que brotaba por la tarde,
llueve y llueve...
La noche oscura
y sin estrellas el cielo.
Querida: de una vez
rompamos el yugo necio.
Creaste un mundo sin mí
donde sólo caben tus fantsías.
Tenías un taller de talentos lleno
venía a darte una noche
de placeres y gozos.
Y con un beso de mármol
me señalaste la puerta...
Mi alma se puso negra
cuando oí tu adiós
frente a la puerta,
¡ no la cierres grité
déjala entreabierta!
Entre la lluvia y mis lágrimas
no vi la carretera...
arquitecta juventud
siempre tu presencia
desnudo mis ojos,
al recordar tu belleza
hice mal en amarte...
No existe respuesta,
apuntaba la aurora,
la niebla invadía...
Villa-Rica... atrás,
adelante... la carretera
en mi cerebro
navegaban las canoas...
tacones estridentes,
palabras ocultas,
seguía ausente...
Me cuesta desprenderme
de tus olores...
Pero prefiero olvidarte
a ser vencido... yo...
derrotaré el olvido.
A mi regreso
fui sembrando el camino
con pedazos de fotos
y anillos.
Hasta la palabra amor
me cansa...
Me preguntaba...
si existían las sombras
detrás de los soles...
Entre mi llanto
y la lluvia
mi visión era cero,
comiéndome la carretera,
comiéndome el recuerdo
de tus besos...
La ciudad se perdía,
bajé un vidrio...
el viento de la noche
entraba
trayendo tus esencias.
Más fuerte era el dolor,
más duro el olvido...
¡ enamorado, y la dejé
en su lecho!
Miro a mi alrededor
paisajes desnudos,
bosques tristes,
árboles sin brotes
y sin frutos.
Paré:
para acabar con tanta
necedad parda.
Bebí un consomé
de sufrimientos y
un café de nostalgias...
Caminé de regreso
pisando los fracasos
y pregunté:
¿existe una goma
para borrar sufrimientos?.
Me di cuenta...
que hablaba solo...
media vuelta
callado, con dolor.
¡Al retorno!
Arquitecta y pintora,
guarda tus pinceles...
Puedes en un descuido
pintar de colores
a tu propio verdugo.