I
A mí misma me prohíbo
revelar nuestro secreto,
aunque quédese incompleto
con tu amor que recibo;
pues, día a día te escribo
un momento de emoción
que recibe mi corazón:
la angustia de besarte,
de tenerte y de abrazarte
es una gran preocupación.
II
Esa emoción que surgió...
saber que te tengo aquí
es lo mejor que sentí;
en tu mirada amaneció
hiriente amor, floreció.
Eres mi celebración,
no importando situación.
Te esperaré, sí, paciente,
¡jamás salgas de mi mente!
Siempre serás mi adicción.
III
Cada minuto que pasa
me siento muy abrumada,
y a la vez muy alabada,
este calor que me abrasa,
que mi sentir sobrepasa
por éste gran corazón
que late con la razón
sin medir nuestra distancia,
viviendo en perseverancia...
¡Gracias por darme tu perdón!
Autora:
Sharon Fernanda González Márquez