¡Yo era la noche en el día!
¡Yo era la noche en el amanecer!
¡yo era la lluvia cuando no llovia!
¡y era el sol brillante del atardecer!
Yo era tristeza infinita,
era melancolia por doquier,
dudas y lagrimas indecisas,
ante la angustia de no saber...
Yo era la estrella,
era la niebla,
la soledad misma,
y el miedo que no me permitia ver...
y ahora todo ha cambiado,
el corazón a madurado,
mi mente a caducado,
ese lugar inocente y anhelado...