No era el sol, pero me gustaba parecerlo para ti,
no era la luna, pero inspirada en mí escribías…
no era el cielo pero muy alto volabas junto a mí,
menos era el infierno, pero en mis llamas ardías.
No era sueño pero siempre te visitaba dormida,
tampoco era fantasía y te gustaba imaginarme;
escribía algo de muerte y me decías que era vida,
yo no intentaba escapar y te fascinaba atraparme.
Yo no era ningún ángel pero estaba en tus rezos,
tampoco un demonio y amabas conmigo pecar;
aún no me había ido y ya ansiabas mis regresos
y era tu alegría, pero en mis versos te hacía llorar.
Podía estar muy lejos y en tu alma me llevabas,
yo no era luz pero tú siempre veías mis reflejos;
cualquier canción salida de mi voz la cantabas
y sentías nuevos mis versos, aunque eran viejos.
Yo no era el aire pero cuánto de mí respirabas,
no era una cama, pero en mi pecho te dormías;
nunca merecí tu amor y siempre me amabas…
y había mucha verdad en cada te amo que decías.
No era personaje de un cuento y para ti lo fui,
sin ser yo un recuerdo me grabé en tu memoria,
tristeza me da pensar que un capítulo que escribí,
se convirtió en el episodio final de tu historia.
Poema totalmente original de Álvaro Márquez
Nacido en Caracas, Venezuela
Todos los derechos reservados
Publicado el 23/9/2014
Imagen: De Google