Me muero sin tu boca,
ni a respirar alcanzo,
mis labios están fríos,
mi alma loca.
Me muero sin tus besos
de terciopelo suave,
rayos de un sol
que ya no alumbran,
y mis labios de escarcha
son un púrpura herido,
pués me falta tu boca.
Quién pudiera poner
una lagrima mía
en tus crueles pupilas;
ya olvidaron mi rostro,
ya no miran mis sueños.
Son de otros tus manos,
tus te quieros, tus tardes,
tu pasión y tu cuerpo.
Yo me muero, me muero
soy un árbol sin hojas.
Antonio Manuel Pereles