Gabriel

Por el otoño de la novia ausente

 

Libar las astas y el oro.

Llevar mi alma a donde bebí el agua por primera vez.

Mecerme en los brazos.

que no hallan mis ojos.

 

Ser un pecado en la Mitología

y una realidad en la mujer que no camina.

Ella es ella y yo soy su portal.

 

Me postro ante un lago

y bebo las estelas adormecidas.

Me perfuma un prado.

Un óleo me da su sonrisa silenciosa.

El loto nace entre mis labios

y pregunta por mi elocuencia.

 

Entonces canto y me marcho...

por el otoño de la novia ausente.