Sergio Jacobo "el poeta irreverente"

NADA ES IGUAL...

Estuvimos  juntos en aquella  noche

nada es igual, ni las mesas

                 ni el humo del cigarro,

¡nada es igual…!

Ni tu seno en mi mano

ni tu boca en mi labio

          -qué detenido instante-

Entre nuestras miradas

y el silencio constante

          cuando te acariciaba la espalda

perdiéndose  mi lengua entre tu cuello

         y tu oreja…

 

nada fue igual cuando observaba tu baile

exótico y sensual,

                         -nada fue igual-

Cuando tus prendas íntimas

caían sobre mis manos

mirándote desnuda en esa noche

nada fue igual al sentir cerca de mí

tu cuerpo helado

           y, calentarlo con  mi  mano ardiente.

 

Después. Ese maldito después

que me carcome y arde

al despedirme  -lo sé-   con un beso

que acaricie tus labios

porque no será igual

a mi regreso…