Isaac Amenemope

HISTORIA DE UN MOMENTO

No hay manera posible de amar luego,

Ni de repetirse sobre el pensamiento con tan sereno anhelo.

 

Ha sido y seguirá siendo el corazón

El sensato percusor del ritmo,

 

El respeto salvaje en cuanto sobrevivirá manso

 

El día al que suelen huirle los atardeceres

 

La niebla rota que sucumbirá a obscuras

 

La hierba que la noche perfuma de menta

 

El agreste convenido para tu particular síntoma

 

El crecido cauce fluido que enloquece mis vertientes.

 

Como recordar los pulsos de tu certero centro,

Si aun no los he comprendido de lejos.

 

Como esparcir el puñado de contradicciones

A lo amplio del incongruente celo

 

Sabremos del rumbo que cambiaste la volubilidad

Del decisivo instante,

 

Para qué

Si el mundo que brota difícilmente de mis manos

Se reduce a un claro.

 

Hasta cuándo;

 

Los recursos empleados para ensordecer al mas allá

Se parecen al racimo de oasis en medio del desierto,

 

Y me devuelven al hielo cuando rio.

 

A donde vamos

 

Inmersos en el irrefrenable caudal de Galaxias

Que fluyen desconcertadamente hacia el universal centro…

 

Espejismo sintético de saltos cortantes en sus palmas,

 

Mira de Dios

 

Remolino cardiaco que se abre para crear círculos

 

Sensación comprometida que se convierte en vínculo

Para la atención             hora de vivir.

 

Dentro de la nueva realidad que pide del complejo convertido

De nuestros ánimos     esta la LEJANÍA,

 

Caminos alfombrados de destinos que llevan a la intimidad

de lo que no pertenece afuera,

 

Multitudes desiertas peregrinando estimuladas

En dirección de los volcanes,

 

Ríos de plata que se hicieron añicos en la fuente…

 

si es posible recuperar junto a TI la luz en la frontera

es el relámpago que fija al cielo un millón de estrellas

el instantáneo revelado de lo inenarrable

la hermosa gravedad que con pestañea tu esencia