No hay manera posible de amar luego,
Ni de repetirse sobre el pensamiento con tan sereno anhelo.
Ha sido y seguirá siendo el corazón
El sensato percusor del ritmo,
El respeto salvaje en cuanto sobrevivirá manso
El día al que suelen huirle los atardeceres
La niebla rota que sucumbirá a obscuras
La hierba que la noche perfuma de menta
El agreste convenido para tu particular síntoma
El crecido cauce fluido que enloquece mis vertientes.
Como recordar los pulsos de tu certero centro,
Si aun no los he comprendido de lejos.
Como esparcir el puñado de contradicciones
A lo amplio del incongruente celo
Sabremos del rumbo que cambiaste la volubilidad
Del decisivo instante,
Para qué
Si el mundo que brota difícilmente de mis manos
Se reduce a un claro.
Hasta cuándo;
Los recursos empleados para ensordecer al mas allá
Se parecen al racimo de oasis en medio del desierto,
Y me devuelven al hielo cuando rio.
A donde vamos
Inmersos en el irrefrenable caudal de Galaxias
Que fluyen desconcertadamente hacia el universal centro…
Espejismo sintético de saltos cortantes en sus palmas,
Mira de Dios
Remolino cardiaco que se abre para crear círculos
Sensación comprometida que se convierte en vínculo
Para la atención hora de vivir.
Dentro de la nueva realidad que pide del complejo convertido
De nuestros ánimos esta la LEJANÍA,
Caminos alfombrados de destinos que llevan a la intimidad
de lo que no pertenece afuera,
Multitudes desiertas peregrinando estimuladas
En dirección de los volcanes,
Ríos de plata que se hicieron añicos en la fuente…
si es posible recuperar junto a TI la luz en la frontera
es el relámpago que fija al cielo un millón de estrellas
el instantáneo revelado de lo inenarrable
la hermosa gravedad que con pestañea tu esencia