Hoy es el día que hizo
el que es Dios y Creador,
el mañana sólo existe
en nuestra imaginación...
y cuando el mañana llega:
¡también es día de hoy!
Hoy es que debo luchar
y conseguir lo que anhelo,
hoy debo de trabajar
y procurar con denuedo,
lo que puedo hacer, hoy puedo;
mañana tal vez no sea,
mañana tal vez no esté,
mañana tal vez me muera,
Dios lo sabe, yo no sé.
Hoy es que debo descansar
cuando la hora llegue,
tener mi paz y con Él,
en oración conversar;
es mejor hoy arreglar
ese asunto del pecado,
si hasta hoy he esperado,
de hoy no dejaré pasar.
Hoy es el día de amar,
de dar todas mis caricias,
de mis besos convidar,
de abrazar a mi esposa,
de decirle: -“Estás hermosa”
y, aunque no sea verdad,
si se lo digo ¡estará!
Si alguno me hizo daño,
hoy lo debo perdonar
y también volver a amar,
pues quiero misericordia;
cuando llamen a la gloria,
entre ésos quiero estar
(y yo sé que si perdono,
a mí me perdonarán).
Hoy tendré que revisar
entre ese montón de cosas
que no canso de comprar;
ver qué es necesario,
y sólo eso guardar,
lo demás lo he de dar,
pues hay muchos que precisan,
y a mí, por tonta avaricia
¡sólo me ocupan lugar!
Hoy iré a caminar
y haré un largo paseo,
llevaré a mi familia,
esto los va a alegrar;
romperemos la rutina
y a la vuelta de una esquina,
en la nalga de mi esposa,
un pellizco voy a dar.
Hoy jugaré con mis hijos,
no encenderé el aparato,
ese que en la sala está
y nos roba rato a rato
la comunión y el cariño,
hoy es que mi hijo es niño,
¡mañana grande será!
Hoy me alegraré por todo,
nada me va a entristecer,
me alegraré por las flores
y por las aves del cielo,
por todos los que conmigo
están haciendo el camino,
día a día, paso a paso...
y si alguien quiere amargarme:
¡Decido no hacerle caso!
Hoy repasaré mi vida,
meditaré mis asuntos,
para tomar lo importante,
desechando lo que es vano,
esclarecer mi conciencia,
confesar si es necesario,
para seguir en el mundo,
viviendo sin hacer daño.
Hoy seré amable con todos
y amaré sin condiciones,
cumpliendo con el mandato
que dejara El Salvador,
prodigando y expresando
su vida que en mí llevo,
dando y dándome todo,
¡porque ése es el modo
como Él nos enseñó!
Y si creemos ser hijos
de ese que nos amó
tanto que no escatimó,
en su deseo de salvarnos,
y, a Jesucristo, en la cruz,
puso en el Calvario
(Su propio Hijo nos dio
de tanto que nos amó);
entonces hagamos lo mismo,
demos la vida por Él,
...pero que no sea mañana,
¡hoy lo debemos hacer!
Hoy es el día que hizo
el Señor para vivirlo,
y debemos compartirlo
con quien esté en el camino;
amarlos y darles cosas,
sean amigos o enemigos,
el pan al que tiene hambre,
al que tenga sed, el agua
... y para el amor: ¡las rosas!
Hoy reafirmaré mis convicciones
y tendré firme propósito,
levantaré la bandera
de mi férrea voluntad,
lucharé por lo que es bueno
y (desechando mentiras)
reactivaré mi depósito
que sé que en el cielo está.
Hoy no voy a claudicar
por seguir mi conveniencia,
lo que es moral no es ciencia,
la mentira no es verdad,
la hipocresía se pinta
y sólo es apariencia;
pero a la hora del juicio
¡todo se esclarecerá!
Hoy voy a hacer la mejor
acción que he hecho en mi vida:
Sin pensar en el mañana
ni en lo que quedó atrás...
¡Voy a vivir este día...
a vivirlo, nada más!