Créeme que no
he querido hacerlo.
Ha sido un arrebato
de mi parte.
Si estoy reconociéndolo,
¿por qué ya
no me disculpas?
Detuve mi mano,
porque en ese segundo
me di cuenta
que cometería
un error más
en mi vida.
¡Darte una cachetada
a ti!
Después de hacerlo
me hubiese tenido
que cortar la mano.
En ese instante
recordé que mi corazón
vive por ti.
Me encontraba solo,
y al aparecer tú,
iluminaste los oscuros
momentos de mi vida.
Trágicos momentos,
que prefiero no recordar.
Tú me los
hiciste olvidar.
Entonces...¿cómo
haber cometido
la ignorancia
de abofetearte?
Discúlpame,
dime algo,
no me mates
con tu silencio.
¿Verdad que me disculpas?
¡Respóndeme por favor...!
Sabes que te amo.
Sé que me amas.
No cometamos ambos
el error de separarnos.
¿Estoy equivocado
al asegurar
que me amas?
Si me amas,
¿estarías de acuerdo
en que finalicemos
este mal momento
dándonos el beso
de la paz?
Así me agrada
mi amor,
besémonos entonces,
así querida, así...
Derechos reservados de autor ( Hugo Emilio Ocanto - 25/09/2014)