De regreso a casa, con la fatiga de un día más.
Pláticas del los detalles de hoy.
Algo nuevo veo en ti, tus ojos, destellos, voz que se abre al viento para decir la nueva noticia.
Invade el sosiego, miles de sentimiento cruzan y estallan en todas direcciones, vértigo de nuevas y maravillosas emociones.
Pido un segundo para lo que escucho y sucede en el momento.
Es tu primer noticia, es lo primero que sé de ti.
¿Quién eres tú?
Y empiezo a imaginarte, el deseo crece como tú, en pequeñitas células de amor, amor de padres que con ansiedad ya te esperan con los brazos bien abierto.
Pienso en el mundo que te espera, mundo que en mi tarea es poner a tus pequeños pies, mostrando todos sus colores, sabores y fragantes flores.
Aún no naces y ya pienso en tu esencia, en tu carácter, para darte sabiduría y parte de mi paciencia que conlleva mi vida entera.
Quiero ofrecerte lo mejor de quién es tu madre, de quién es tu padre, temple tiempo y espacio amoroso, filosofía de vida para guiar tus pasos en tu formación.
Limpiar todo camino de pequeñas piedras hasta cierto tiempo, para que en tu momento, cuando ya un hombre hecho seas, no tropieces fácilmente y reconozcas los mejores caminos y así darte tu mismo tu fortuna, éxitos y tus propias experiencias, porque esto algún día será la mejor herencia para tus propios hijos.
En este momento te espero y pienso mucho en el nombre que te he de dar, nombre que resaltara tu presencia en cualquier lugar donde abrirás puertas y dejaras huella, y me pregunto sí serás niña o niño, pero es lo de menos, al fin, cuando llegué el día, estaré con tu madre con los brazos bien abiertos dándote la bienvenida a este mundo que guardamos para ti hijo mío, y que hoy eres la mejor noticia que a mi vida da nuevo sentido, esa gran noticia que hoy he recibido.
-Marc Téllez González-