Un día soleado de primavera,
decidimos visitar Venecia ,
pasear juntos por esta bella ciudad
y disfrutar del amor mutuo.
Llegamos a la plaza de San Marcos,
visitamos su hermosa catedral,
con cierto aire bizantino,
nos quedamos fascinados de su bello arte
y gozamos rodeados por la muchedumbre.
Subimos a la torre de la catedral,
nos entusiasmó la panorámica de la ciudad,
abrazada por el mar Adriático ,
con sus impresionantes canales y puentes
y sus fastuosas iglesias barrocas.
Después de visitar el palacio Ducal,
nos acercamos al gran canal,
embarcamos en una góndola,
paseamos durante una hora por sus canales
y atravesamos los puentes de Rialto, los Suspiros, ect.
El gondolieri nos dedicó una serenata de amor.
Entre puente y puente una serie de besos candentes,
miradas y caricias apasionadas
encendían la llama de nuestros corazones.
El gondolieri entusiasmado cantaba lo que veía.
Llegamos a la isla de Venecia,
Pasamos primero por la iglesia de San Giorgio Majori,
desde la isla se veía una vista espectacular
de las iglesias, puentes y canales de la ciudad.
“Venecia en cada uno de tus rincones
se esconde y vive una historia de amor”.
¡Bella y romántica ciudad!
Después de pasear nos sentamos en un banco,
mientras escuchamos una melodía de amor,
y tras una serie de besos candentes,
te dije: quiéreme siempre, no me abandones nunca.
Más tarde tuvimos relaciones
y la dicha invadía nuestras almas.