Un suspiro va volando
por el cielo entre las
lenguas celestes,
la luna peregrina
al llegar la noche
cantando entre los
pinos viene.
Al verla se ha levantado
el viento que nunca duerme,
frunce un rumor el mar,
los olivos palidecen.
Va llegando la noche
sin brillo de estrellas,
se sorprenden los luceros,
Se hacen ecos en el aire
esperando tus besos,
con la alborada llegan
se esconde la luna
entre los olivos verdes.
Esta celosa del mar
que con sus olas los mece,
sus besos que se dan
hasta las olas se estremecen.
Caminando en la playa van
pues nada los detiene,
a lo lejos se escuchan
las sirenas de los
barcos sonar,
Unos vienen y otros van
los marineros los miran
su amor los embelesa
Son las huellas en la arena
testigos de su amor eterno,
se mesclan los sentires
de la luna con el mar.
Tus brazos con los míos
se vuelven a enredar,
hasta llegar el sol
que los viene a despertar
Mariarl
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