En un rincón, agazapado,
Se encuentra el niño
Que del olvido es el recuerdo
Y de mi sueño la pesadilla.
Él, que por tu amor vive,
Y en tus remordimientos sobrevive,
Buscando siempre la frase que lo motive
Y no que una mirada lo derribe.
Aquel que entona
Con cariño la canción
Y con orgullo la ilusión.
Aquel que la ternura te ofrece
Y tú con amargura lo reprendes,
Mandándolo así, al país de las pesadillas,
Donde sus sueños yacen rotos
Al lado de los tuyos.
Y este es tu legado
Para tu ser más amado.