Te encontré
en un paraje de mi soledad,
en el camino que me llevaba
a la nada,ahí donde todo moría,
donde todo era oscuridad.
Te encontré
en ese silencio que mata,
en el viento que estruja
a veces con su fuerza,
en ese vaivén de tristeza,
donde las lágrimas
no dejan de brotar
y las derrotas solo
se hacen llevaderas.
Te encontré en una químera,
en un rincón que llenaste
de luz,hiciste brillar de alegría
a este triste corazón.
Te encontré en el camino
que nos lleva de vuelta,
quizá tú apenas ibas
y yo en mis pesáres
miré tu transparente mirada,
tu sonrisa franca
llegó y tocó
hasta muy dentro de mi alma.
Ahí donde se estremece el ser
y ya no queremos saber
más nada,ahí donde no te esperaba,
ahí estabas tú,
con una rosa en la mano
y escribiendo un soneto.
¿Qué será de mí
después de tí...?
¿qué ternura abrigará
mis labios dormidos...?
¿qué dulzura embriagará
a mi piel después de tí...?
La incertidumbre
me mata poco a poco,
la pena me consume sin cesar...
¿qué espero más?
¿Qué fibra en tu corazón
hará que me vayas olvidando?
no quiero ser un recuerdo,
no quiero ser una imagen
que se borre con el agua.
Fuí verso para tí,
fuí tu luz y tu oscuridad,
fuí tu música y tu alegría,
¿qué será de mí
si tú te vas...?
Guarda mi nombre
en tu corazón,
guarda mis besos en tu alma,
guarda mis ojos para tí,
de esta mujer
que tanto te ama.
YOLANDA BARRY.