¡No me des tantos achares
que me estas volviendo loca!,
¡mira que yo lloro a mares
por un beso de tu boca!.
¡Que en la orillíta del río
donde dijiste te quiero!,
¡se quedo el corazón mío
que se prendió de un lucero!.
y en esta, mi noche oscura
vuelvo allí para buscarte
huyendo de la locura,
y yo no logro encontrarte.
¡Mis males no tendrán cura,
si no consigo olvidarte!.