Añoranza de ti tiene mi cuerpo entero y es
inmenso el deseo de mis labios por probar
tus besos, cuanto quisiera contemplar el
amanecer de nuevo junto a tu piel.
Extrañan mis manos tus manos tibias, esa
cálida sonrisa con la que me recibías,
esa mirada de ángel que me hacía viajar
por los cielos, te extraño porque aún te quiero.
Añoranza de ti tiene mi alma que aún no
ha encontrado su media naranja o quizás
la perdió cuando me dijiste adiós.
Que no diera yo por verte regresar, por abrazarte
y besarte sin parar, terminar con está angustía
que me atormenta, porque vivir sin tu amor es
una cruel condena.