Esta bien que no te atrape en lo absurdo de la palabra
y ni teja con manos suaves hilos de versos olvidados,
primero estas tu antes que el umbral de mi secreto;
quizás por mantener intacto tu corazón enamorado.
De ti la colonia de mi enjambre poético
cultivara mieles que a tu paladar no haya empalagado
sin que reconozcas ni una letra de mi rima cruzada
entre vientos que se deslizan desde la nada...
Elixir será el día en que me apremie
una casualidad el tropiezo en tu rostro,
quizás más obscura o más clara que me importa;
si aún te amo en los momentos tempestuosos.
Más de décadas que pregunto a nadie por ti, sé que volveré a los rincones de aquellos días… con esta mente de humo de centella y de melancolía. De una melodía te sorprenderá mi nombre, por fin sabrás hacia qué dirección apunta el norte; en tu sol que hace siglos no brilla. Todo lo que acontece no será culpa ni de la magia perdida de algún duende, yo no te veo desde este punto… donde cansado llevo sin danza mis pasos rotos.