El reposo del guerrero.
Atavismo, tradición;
por humana condición
habla de un hombre casero.
Deja atrás, lo pasajero,
siendo muy a fiel su esposa,
aunque poco cariñosa,
como la que me ha tocado.
Olvido lo racionado,
cuando se pone amorosa.
Cuando se pone amorosa,
empieza el lado sabroso;
se olvida lo tormentoso,
nuestra rutina reposa.
Ahora ella, muy mimosa;
ronronea como gata;
pues camina en cuatro patas,
con movimientos felino;
yo me convierto en minino,
sin pijama y sin corbata.
Sin pijama y sin corbata,
yo me lanzo como chino;
un karateca genuino
que su pasión arrebata.
Su respuesta es inmediata,
y hace galas de su hazaña.
Mi adorada con sus mañas
que ha dejado de ser dama.
Como gata de la cama;
rasguña, muerde y Araña.
Rasguña, muerde y araña;
como un animal salvaje.
Usa grosero lenguaje,
que me perturba y amaña.
Una casa en la montaña,
para la mujer que quiero.
Allí, seré cocinero;
haré lavado y planchado.
Quedando así consumado;
el reposo del guerrero.
por: matteo 28/09/2014