Caminaba el vagabundo los campos de Cartagena
con poquitas alegrías y el zurrón lleno de penas
con la manta por mochila, cicatrices en la cara
cantimplora en la cintura llenita de agüita clara.
De joven anduvo campos, era un pobre maletilla
y una cornada en la ingle acabó con su gorrilla
la espada, madera rota símbolo de su fracaso
lo llevó por esos mundos de su ilusión el ocaso.
Y una noche, que comía amargo pan junto a un cerro
se le acercó temeroso otro vagabundo : un perro
lo llamó, silbó cantaba y el perro no se acercaba
al ver su pan se acercó pues algo vio en su mirada
y compartieron el pan hasta que no quedó nada.
Que los perros callejeros saben leer las miradas
y enseguida la comparten con las de sus camaradas.
Él lo bautizó Bartolo, recorrieron mil caminos
Bartolo lo celebraba con un sorbito de vino
dormían los dos apretados bajo aquella manta llana
Bartolo lamía su cara al despertar la mañana.
Y como el mundo es muy duro ; a andar y andar las vereas
Que se contentan con poco gente de humilde ralea.
le compuso una canción a su perrillo Bartolo
que más o menos decía :
Compañero de alegrías
mi Bartolillo, Bartolo
mientras me quede la vida
no estás en el mundo solo.
Y una noche fría de invierno, el vagabundo tosía
y Bartolo se quemaba de la fiebre que tenia.
de pronto empezó a nevar, y venga a nevar, nevaba
el sol le dio claridad, cuando ya no respiraba
Bartolo no se movía, estaba quieto en el banco
la escarcha lo había dejado con todo su pelo blanco.
Y lo que jamás tuvieron fue una Misa de difuntos
pues nunca estuvieron solos, porque se murieron juntos.
sobre el lugar del entierro, no se extendió documento
pero en el sitio que yacen debía haber un monumento
“A todos los vagabundos que andan solos los caminos
Y a los leales Bartolos que comparten sus destinos.”
(Para todos los perros que he tenido, y siempre guardo en mi corazón :
Tolo, Gipsy , Browny , Blacky, Browny Junior,Tuffy. (Que están en el cielo de los perros )
Y para Ringo , que cada día alegra mi vida con su rabo y su mirada llena de ternura.