Eres brisa que llega cada día
cuando extiende la noche el negro manto,
llegas silente o en suave melodía
y tu andar es el sumun del encanto.
Al contraluz que enmarca tu belleza,
cae tu desnudez entre mis manos,
es luna tu perfil y en su tibieza
anidan los aromas de manzanos.
Cierras los ojos, mueren los planetas,
y yo, montado al reino de tu vientre,
extasiado entre sones de trompetas,
me rebelo a que el alba nos encuentre.
Mas para el sol no hay nada diferente,
y diluye mi sueño recurrente.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.