De qué manera te olvido
si entraste sin hacer ruido,
con pasos sigilosos
que le robaste al silencio.
En mi vida entraste
para allí aposentarte,
con la suavidad de la caricia,
con los murmullos de la risa,
de una flor, su fragancia,
con un jardín florecido,
la calidez de la mirada
y un corazón enardecido.
Antes de darme cuenta
ya estaba besando tu alma
y en mi corazón te arraigaste
de una forma desmedida.
Si no quieres quererme...
¡dime por Dios, mi vida...
de qué manera te olvido!
He luchado para olvidarte
pero no lo he conseguido,
en mi alma quedaste sembrado
y como hiedra que se expande,
no he podido de allí arrancarte.
¡De qué manera te olvido
si quieres tú, que te olvide!
Si tú quieres que yo te olvide,
dame el antídoto para olvidarte…
si no quieres que yo te olvide,
dame tu vida para adorarte...
¡Pero dime por Dios, mi vida,
de qué manera te olvido,
si es que tengo que olvidarte!
Felina