Buscamos el amor pero a menudo
nos olvidamos del amor propio,
en la búsqueda nos extraviamos
entre senderos de carne,
pero somos las víctimas y verdugos
de nuestros deseos.
Amor como parásito,
viviendo dentro de estos amantes
eres tan débil,
vives de manera breve,
si no se te procura
de la manera correcta
mueres.
Al descubierto las heridas,
los gusanos devoran la carne
pero dejan intacto los huesos,
el amor eterno solo existe
en el recuerdo.
Por lo pronto
se siente bien no sentir nada,
alguien mas sera el otro clavo
que profane tu cuerpo,
y estos labios ya besaran otros labios,
y con el tiempo nos olvidaremos.
Es inevitable caer pero es imperdonable
no levantarse,
sabiendo hacerlo.