Fui esclava del amor que me inspiraste,
me sentí dueña de tu amor
pero, en la realidad,
fui dueña de la nada.
Palpé con el alma tu desdén
y hoy, hoy….ya no creo en nada.
Por tu desamor me aferré
a la larga noche del dolor.
Me agazapé en la sombras
me prendí de ellas con uñas y dientes;
ellas, me ofrecieron las espinas
de una rosa negra
Que hirieron y sangraron mi interior.
Por ti perdí todos los conceptos
Perdí la calma;
me lancé a las profundidades de un abismo
siguiendo tu recuerdo,
que se iba;
que volvía
Y que se estacionó
en la esquina de mis desconsuelos.
Lloré y aún lloro;
aún sangra mi herida,
pero doy vuelta a la realidad
y palpo tu partida;
y parto yo..., ya era hora.