Sabes que vivo al azar,
lanzo dados en tu espalda
y te recuerdo con cartas
mi falta de puntualidad
Y que te mando a llamar
cuando menos necesitas
que remuevan las cenizas
de este amor tan especial
Y es que te guardo un tal vez,
que va untado del verano
que se nos fue de las manos
huérfano de sensatez.
Siempre puedes encontrar
mi sombra con su equipaje
remendando mi coraje
en este verso vulgar
Siempre puedes maldecir
las sílabas selenitas
que me acusan y te citan
dejándote sin decir
Solo me queda este turno
desvelado y taciturno
para ganar la partida
y que te sientas querida.
Sólo me queda este as,
sólo yo te quiero más.