Cuando salgo a caminar, mi compañera es mi sombra
achatadita y liviana, que molestia no ocasiona.
Es juguetona e inquieta por cualquier lado aparece
a veces viene detrás o por delante se asoma.
Si la busco en un costado, achatadita y muy zorra
seguro que esta del otro, jugándome alguna broma.
Es mi sombra compañera, la que nunca me abandona
si al suelo pueda caer, pues mi estabilidad, no es sana.
Estiraría su estampa como si fuese una alfombra
achatadita y liviana para proteger mi forma.
No puedo tomarme un vino por que mi sombra se enoja
ella quiere ir por derecha, yo voy donde se me antoja.
´
¡Hay de mi sombra querida! cuanto te abre de extrañar
el día que yo me vaya, ¿que otro viejo seguirás?.
Y ya que lo estoy pensando, no da para pensar mas,
achatadita y liviana, nadie nos va a separar.
Si me voy para otro mundo conmigo te e de llevar
así no compro ninguna, ¡que no se como saldrá!
Achatadita y liviana, difícil pueda encontrar
que me siga a todos lados, por delante y por detrás.
Por un costado o por otro y si se llega a nublar
no bien el sol ilumine, seguro aparecerás.
Y si me tomo algún vino, se no me as de abandonar
zigzagueando algún camino con vos sombra, e de llegar.
SOMBRA, naciste conmigo, tenemos la misma edad
¡jamas! e de abandonarte, juntos nos van de enterrar.
Nicolás Ferreira Lamaita.