Hoy sueño despierto,
añoro y pondero
aquellas caminatas,
donde abrazados
deambulábamos
por calles arboladas,
al final de las mañanas...
En ese tiempo
en que derrochábamos
galanteo
y encendidos besos,
que con una mirada
estallaba al unísono,
un sonoro ¡te quiero!
Hoy evoco esos días del ayer
que como las abejas,
fabricábamos
un mundo de miel
y donde nos bañábamos
de lluvia y de sol;
la juventud, era sinónimo de amor...
Hoy eternizo esos momentos,
ya que éstos no tienen
cabida en el olvido,
los inmortalizo en mis versos,
no como un consuelo
sino como un mágico universo,
por nosotros creado y vivido...
Adolfo César (NAZARENO)