Si yo pudiera sentir el fuego de tu mirada, y la presión de tus manos sobre mí, entonces conocerías con claridad meridiana lo que es el amor del alma, para mí, si con la mayor pureza nuestras almas se fundieran la felicidad cayera sobre mí.
Es sincero mi deseo, quiero tu vida y tu alma, tu corazón y tu cuerpo para mí, y cambio de yo sentir el fuego de tu mirada, y que tus latidos fueran para mí.
Yo te daría la integridad de mi ser el fuego que me consume y mis defectos también, la ternura que poseo y el alma que solo vive para ti.
Qué bonito ha sido el sueño que creo mi fantasía, que profundo es el deseo que mi corazón sintió, que bonito ha sido el sueño de una vida que quisiera consagrarse solo a ti...