Musa mía te regalé mis versos,
mi poesía,
tu me regalaste tu ausencia,
ahora no tengo a quien regalarle mi poesía,
el mundo pienso que no querrá leer mis versos,
en mi inocencia era tu todo,
tu obsesión,
en mi realidad fuiste un cactus de amor a mi paladar,
Mi inspiración reclama la pluma y la libreta,
pero cuando te pienso y siento que ya no eres mas,
se acaba la tinta,
se acaba el amor,
se apagan las llamas de mi corazón,
Mi inspiración renace en medio del dolor,
y me levanta en sus alas,
me hace ver a través de su mirada,
me eleva en los cielos de la ilusión,
hace palpitar otra vez mi corazón...