Toluca la bella, así le apodan a esta tierra
tan llena de verdad y fantasía,
de sutiles fríos y escasos rayos,
de personas que al llorar invocamos.
Toluca la bella, que a sus pies se encuentra
su guardián perenne
cubierto el cuerpo suyo de aguanieve.
¡Llenando los caudales de agua pura!
Toluca la bella, y su eterno invierno
el agua congelada de la mañana
y el díafano rocío del verano.
Toluca: de tu gente me he enamorado.
Toluca, que llevas en tus alfeñiques
los colores de la vida
con la esencia de la muerte,
burlándo con azúcar a la suerte.
Toluca, la bella, tierra de los mosquitos
llena de canto y de altura capital,
mientras subimos el cerro del calvario
podemos ver de lejos la catedral.
Toluca la bella, tierra Matlatzinca y otomí
con la hermosura de tus cerros,
y el color azul que hay en tus cielos
tierra mía ¡en tí he decidido vivir!