No nos falta de nada,
por ejemplo,
si vienes y preguntas te dirán
que aquí nadie carece del odio imprescindible para ser hombre lobo,
nadie pone reparos a que sirvan sus ojos de alimento a las águilas,
nadie viene en auxilio de nadie ni tritura
las miserias del prójimo,
que a veces abdicamos del mundo y construimos a oscuras una casa [invisible,
renunciamos al fuego, a los linajes de sal, a la clemencia
y llegamos incluso a prescindir
de la respiración,
somos
una encina en el bosque,
un templo en que no hay Dios
y hasta un país
sin gorriones de invierno ni bultos sospechosos.
Y querremos un día retornar a la inocencia absoluta y será tarde,
buscaremos un sueño y será tarde,
miraremos al sol y será tarde,
quizás, nos consolemos
con pensar que nos quedan las ciudades suicidas y los niños de [Herodes.
Será tarde y lo sabes,
tarde para ahuyentar extraños, para encontrar amigos,
y sobre todo tarde
para empezar de nuevo…