La noche regaba
obscuras tinieblas
la alcoba pintada
entera de ellas
Te sentí callada,
tranquila serena,
mis manos grabaron
en tu piel mis huellas,
por donde tu aroma
escapó por ellas,
buscando encantada
esa libertad plena,
donde tus ideas
alegres volaron
como mariposas
de colores claros.
Sentí tu tibieza,
mis manos tocaron
suavemente tus trenzas
de ese pelo blanco
de tu cabellera.
Se ilumino la alcoba
tranquila dormías,
te regalé un beso
quererte sentía.