Alexander Vortice

DUERME EL ACRÓBATA

Si tuviera que escoger entre una barra de hierro

y cuarenta balas de plata,

me quedaría con el hecho de saberme

abismo de madrugada…

 

Duerme el acróbata;

yo a veces también duermo:

me coloco poco puedo para alcanzar

la órbita de Morfeo,

y es entonces cuando los sueños

vienen a mí como si fuesen rayos ultravioleta

masticados por el dolor del tiempo.

 

Si tuviera que escoger entre una aniquilación mundial

o un estado de buenas intenciones,

sin duda escogería verme danzando entre lo ecuánime,

así como danzan los hijos del viento y los sueños verdaderos.