La primera vez que te ví
se posó frente de mí,
una paloma blanca, y sonreí...
Después cuando te vi por ella sonreír,
cayó una inmensa lluvia dentro de mí...
Luego un cuervo se postró en mi jardín
y me anuncio que sin tí no hay razón para vivir...
Ahora sin tí lo que vida se llamaba
muerte en vida será por no ser yo, tu amada...
A la que quieras y ames
sin tener que mentir ni herir
como me lo hiciste a mí.