Diaz Valero Alejandro José

Poema tardío (Humor)

 

Una señora octogenaria

dulce y peligrosa como panal

en una forma estrafalaria

me abordó de forma singular.

La anciana sin parar de hablar

me dijo: yo lo conozco usted

por el ancho del pie

y por la forma de caminar.

lo conozco por ese viejo lunar

y por la forma de reír

y por cosas que no voy a decir

para que no se vaya a asustar.

Lo conozco por su forma de mirar

y por su amor a ciertas bebidas

y porque a la hora de saludar

siempre se soba la barriga.

Lo conozco por su lenguaje escueto

y por su extraña timidez

y por ese deforme esqueleto

peor que el mío tal vez.

Yo sé con seguridad completa

y jamás me equivocaría

usted es hermano de un poeta

llamado Alejandro Díaz

y quiero en forma concreta

sin mucha palabrería

que le diga a él en forma discreta

que lo sigo esperando todavía.

Él me ofreció unas cuartetas

que hablaran de mi bellleza

y de mi grata simpatía,

pero pasaron los días,

semanas, meses y años

que hasta me fui encorvando

y los versos no escribía.

Dígale por los clavos de Cristo,

en eso soy enfática e insisto

que sigo esperando sus versos,

que mi rostro ya no está terso

ni turgentes están mis pechos

pero que aún tengo derecho

a ser considerada en su contexto.

Dígale que no acepto pretexto

porque amo la literatura

como una bruja ama a su escoba

o el escultor a su escultura;

Dígale que le escriba a mi joroba                                

o a mis múltiples arrugas

o a este rostro con verrugas;

que mi figura tan corva,

con rimas la represente

juntos a los grandes juanetes

que luzco con mucha honra.

Yo le dije respetada señora

hoy hablo con mi hermano

lo que me ha contado

y verá que en una hora

tendrá el poema soñado

Sin mayor demora.

Gracias a Dios me he salvado

por ser confundido con mi hermano,

pues de saber que era yo mismo

tal vez con poses de erotismo

la viejita me hubiese acorralado.

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Autor: Alejandro J. Díaz Valero

Maracaibo, Venezuela.