Hugo Emilio Ocanto

Mi fracaso (Poema) GRABADO

Siempre he tenido ilusiones.

Algunas se cumplieron.

Otras, están solamente

en mi creencia se cumplan.

Todos tenemos sueños.

Y ellos tan solo eso son.

Es mejor vivir

el presente, y los sueños

descartarlos, hacerlos

a un lado.

Muchas veces

me he preguntado

si habría de llegar

a lograr mis propósitos

en la vida.

Te vi, nos conocimos,

nos tratamos.

Con el tiempo,

llegamos a un acuerdo.

El de pertenecernos

uno al otro por siempre.

El siempre, no existe.

Está lejano

de nuestro alcance.

Eres una mujer muy especial.

Mejor dicho, lo fuiste.

Ahora solo quedo yo

para recordar...

un pasado que pudo

haber sido maravilloso.

Y sin querer,

me convertí en asesino.

¡Yo te maté!

Oh, sí, he sido yo

el que puso final

a tu vida.

...............

¿Escuchas esa música?

¿Es que no la oyes?

¡Sus notas golpean mis oídos!

¿Cómo puedes decirme

semejante pensamiento?

¿Loco? ¡Demente

me estás llamando!

¿Por qué tengo sueños,

porque escucho música

sin que exista?

Es cierto, no hay música.

Es solo mi alma

que la pretende.

Amor, ¡es tan maravilloso soñar,

escuchando una bella melodía,

aunque ella no se escuche.

Es mi alma

que la necesita.

Siempre he querido

ser un gran músico,

ejecutar el sonido

de esas maravillosas teclas...

Pero ese ha sido

un fracaso más en mi vida.

Ese teclado solamente

existió en mi imaginación.

Esa música tú

no la escuchas,

pero yo sí...

y no existe.

Tú, ¿eres real?

¡Amor! ¿Dónde estás?

Cierto, tampoco tú existes.

¿Es que nada poseo?

Soy...¡un asesino!

Corriste, incansablemente,

quise alcanzarte...

Pero tú caíste,

¡y te desnucaste!

Oh, si supieses

¡cuánto he llorado

ese accidente!

Esa noche, bebí más

que nunca, porque

me di cuenta

que tú ya no me amabas.

¡Recriminé tu actitud,

me enfurecí, te grité...!

Y tú saliste corriendo

desesperadamente,

temerosa, despavorida...

Y yo corría detrás de ti...

sin poder alcanzarte,

como si tuvieses alas

en tus benditos pies...

y después caíste,

y allí quedaste,

sin vida...

Oh, cruel destino

el tuyo y el mío.

Mi fracaso...

uno más que

la vida me deparó... 

 

Derechos reservados de autor (Hugo Emilio Ocanto - 02/10/2014)