Razonando lo que pasa
con nosotros hace un tiempo,
no mucho, en que te conozco,
en que procuro enamorarte,
y en lo que está sucediendo;
te confieso que te veo
como alguien, que con hambre,
se come un caramelo;
para, al chuparlo, olvidarse
del dolor que está sintiendo.
Esto que tú estás haciendo,
jamás me lo hizo ninguna...
¡es tan tremendo!: ocultando
el amor que en ti florece,
negándote a los besos,
midiéndote en las caricias,
aunque permites a veces;
procurando no quemarte...
tratando de no encenderte...
que no te queme mi fuego,
no dejando que te bese...
A veces sí, no otras veces,
manteniéndote en la tibia
región del “casi sucede”,
creyendo que no se puede,
pudiendo mas no queriendo,
quemándome con los ojos,
y muriendo en mis miradas,
carente, necesitada,
angustiada y sufriente,
insatisfecha y marcada
por un deseo ferviente:
¡Qué aunque sea violada,
puedas amarme y te ame!...
¡qué aunque seas ultrajada,
recibas todos los besos
que desbordan en mi boca
y que explotan en tu cuerpo!
¿Por qué, si no lo deseas,
es que vienes a mi encuentro?
...y si quieres que así sea,
yo lo hago, pero sabe:
¡qué no es así como quiero!
Yo deseo amarte, y tú sabes
que lo haré de cualquier forma,
¡de la manera que inventes!
no pondré las condiciones,
no elegiré los momentos,
lo haremos a tu manera,
de todas formas lo haremos,
porque de algo estoy seguro:
que hacerlo, ¡quiero hacerlo!
Pero sabe: yo quisiera,
sea muy distinto lo nuestro,
algo que no me matase,
porque así me estoy muriendo;
yo soy un hombre honesto,
tranquilo, no soy violento;
pero... tú misma me obligas,
continuando en este juego,
dejando que te acaricie,
prohibiéndolo por momentos,
diciendo que no me amas...
¡pero viniendo a mi encuentro!
Yo quisiera, bien lo sabes,
que ya a mi amor te rindieras,
como alguna vez lo hiciste;
pero ahora: ¡para siempre!
Que me dejaras amarte
y me sintieras sin miedo,
en el lento expresarme,
de esos dulces momentos,
en que puedo darte todo
eso que ahora contengo
y que, por no permitirlo:
¡tonta, te lo estás perdiendo!
Pero adivino el motivo
por lo que así estás haciendo,
y no es nada que conmigo
tenga que ver; y aunque acepto
la situación de momento,
esto me tiene perplejo;
...no te lo quiero decir,
y entonces no voy a hacerlo...
Mas quiero que esto, sí, sepas:
que hasta un poco te comprendo...
¡Pero deja que esto siga,
no lo mates aún naciendo,
vivamos hoy este amor,
aunque sea turbulento
y nos esté destruyendo,
hagámoslo porque es tuyo,
y es mío, o sea nuestro,
y: ¡esto es lo que tenemos!