Juan Dichoso, changador de feria, vivía en el
morro Babilonia en una casilla sin número
Una noche entró al bar Veinte de Noviembre
Bebió
Cantó
Bailó
Después se tiró al lago Rodrigo de Freitas y
murió ahogado.
Manuel Bandeira
Porque no te dieron más que dos monedas,
dos látigos en tu frente,
tu creíste que tu destino era la seda lujosa de la muerte;
y bebiste,
cantaste,
bailaste con ella, en escandalosa cita.
Tal vez se amaron antes de la definitiva llamada.
Tal vez hicieron juntos el solitario proyecto
del camino hacia el lago,
pero considerando lo otro:
la pavorosa atracción de su voz de sirena
que te llevaba al agua,
apretadas las dos monedas en tu puño.
En la marea angosta sumergiste tus pies.
Tus ojos huecos como sombra
por un momento se extrañaron.
Pero ella te empujaba suavemente,
y tu coraje de siempre rodó
como el cobre que apretabas.
\"¿Nunca más veré la mañana?\"
\"¿Nunca más veré la mirada de mis hijos?\"
\"¿Dónde está el sonido de la voz lejana de mi madre?\"
Despojado, dijiste:
\"me llamo Juan Dichoso,
pero la dicha para mí fue un mantel cerrado
por el antojo de los otros;
y ahora yo, Juan, empiezo a entregar la simpleza de mi nombre breve.\"
G.C.
Direc.Nac. del Derecho de autor